sábado, 13 de julio de 2013

Enamórate de una mujer de verdad

Fuente: Canal cultura

No puedo pedirte que te enamores de una mujer que lee, porque ya alguien lo hizo por mí.

Sin embargo, puedo pedirte que te enamores de una mujer de verdad. Enamórate de una mujer que busque “figuritas” en las nubes. Enamórate de una mujer que sea lo suficientemente valiente para decir que tiene miedo pero que siempre ejecute a pesar de él. Enamórate de una mujer que no mate hormiguitas sólo porque puede, enamórate de la que agarra la hormiguita en la uña y la devuelve a su filita. Eso significa que es buena y capaz de apiadarse de los que no tienen las mismas herramientas que ella.
Enamórate de una mujer que no disimule ni esconda lo inteligente que es. Las que se hacen pasar por brutas son mucho más peligrosas que las que asumen con orgullo lo inteligentes que son. Además, ¿por qué quisieras estar con una mujer que se subestima para cazar un tipo? Enamórate de una mujer que sea abrazable, adorable, querible y cogible. Todas son importantes. Enamórate de una mujer que no se maquille mucho. Son honestas y seguras. Las que se maquillan mucho envejecen más rápido. Enamórate de una mujer que sea Team Mafalda y no Team Barbie.
Enamórate de una mujer que le guste comer. La vida es más divertida comiendo pizza que lechuga. Enamórate de una mujer que le guste la música. No importa que no sea la misma que te guste a ti. La música puede unirlos cuando se distancien, curarlos cuando se enfermen y salvarlos cuando se pierdan. Enamórate de una mujer que sepa cocinar, que le guste lavar platos o que tenga real como para comprar un lavaplatos. Trust me on this one.
Enamórate de una mujer que esté más preocupada por los ceros en sus cheques que en los tuyos. Enamórate de una mujer que te quiera porque la haces reír y no porque le compras cosas. Enamórate de una mujer que respire profundo para calmarse cuando te ve. Enamórate de una mujer que no pueda esconder nada. Enamórate de los ojos que la delaten y que te digan lo que necesitas saber. Enamórate de ella porque le brillan los ojos cuando te ve. Eso significa que está enamorada de ti.
Enamórate de una mujer que hable bastante, para que tú no tengas que hacerlo. La parte fácil es tuya: asiente y sonríe como si tuvieras idea de lo que está hablando. Enamórate de una mujer que te escuche con atención. Enamórate de una mujer que te pueda hacer sentir culpable y genuinamente arrepentido de vez en cuando. Que tenga ese poder sobre ti es el mejor antídoto contra la arrogancia y el orgullo. Enamórate de una mujer que no sepa planchar, para que no pierdan ni un solo momento juntos. Enamórate de una mujer que sepa escribir “noticas” de amor. Las “noticas” reviven las mariposas y hasta pueden mandar un bombazo de sangre al…corazón.
Enamórate de una mujer que le guste bailar. Recuerda que bailar es la expresión vertical de un deseo horizontal. Enamórate de una mujer que piense en otras cosas, que haga otras cosas y que piense en otras personas diferentes a ti. Enamórate de una mujer con hobbies, con intereses, con pasiones. Que no seas sólo tú, para que no te asfixie. Enamórate de una mujer que sepa que el amor tiene que ser libre. El amor obligatorio sólo le hace daño a los involucrados.
Enamórate de una mujer que ame y deje amar. Que sea y deje ser. 
Enamórate de mí o de alguien como yo, para que no me duela tanto.

lunes, 27 de mayo de 2013

7 días de 24 horas



Los lunes me saben a lunes, a inicio de semana, a agenda llena, a preocupaciones, a trabajo, a clases, a tareas sin terminar y otras pendientes por asignar. Mucha gente lo ve como el peor veneno, desde el  sábado estan gritando a los cuatro vientos que no quieren que llegue el lunes, pero el llega nos guste o no, y con el todos sus sabores y así empezó el mio, con una carrera contra el reloj para terminar una de las asignaciones para “Teleperiodismo” denunciar una problemática de mi sector; al principio no fue fácil, no sabía cual elegir, pero no me podía dar el lujo de pensarlo mucho, terminé eligiendo el peligro de cruzar la autopista en el area frente al HOMS donde el semáforo se irrespeta a los ojos de todos, y ahí fue dónde verdaderamente arrancó mi semana, en medio de la autopista, grabando carros  ignorando el rojo que grita PARE y peatones que corrían de un extreme a otro, a esto le sumo tener que elegir las tomas, editar y llegar a clases en un tiempo record de 30 minutos, no se como pero lo logré y entre presenter el video, otras clases se fue mi lunes y me dejo el martes que seguía con el mismo sabor, con el mismo ajetreo. 

El miércoles fue un maratón, de esos que te llegan sin nisiquira inscribirte, los que tienes que terminar sin ninguna alternativa de escape, correr es la única opción y hacerlo de manera estratégica garantizará el resultado positivo o el desastre, en su defecto.  La comida pasa a un segundo plano y todo se resume a una pelea entre tu y el tiempo.  Cinco horas de trabajo seguido por  8 horas de clases, nada más con escribirlo siento el cansancio que se posa en las teclas que dan paso a esta historia.


Pero así, como todo pasa, paso el lunes, el martes, el miércoles y ya era jueves, y todo tenía más sentido solo con saber que pronto tendría unos días de respiro, no recuerdo mucho del jueves, sólo que fue un buen preámbulo al viernes dónde para mi sorproesa tuve la tarde libre y me enorgullece decir que la malgaste en cosas vanales que no sirven de mucho pero son neecsarias para no ahogarse en la rutina de las horas y el paso de los días.

Y entonces llegue a mi última clases dónde me pusieron de cara a mi misma, a mi semana “académica” y lo que inició como un deber un poco pesado en el moemento, se convirtió en esta entrada a un blog que lo tenía un poco olvidado y que tras estas línea se me han despertado las ganas de seguir escribiendo. Porque una realidad es que escribir, para nosotros los comunicadores es adictivo y una vez que empiezas y retomas el “hábito” todo vuelve a tener sentido.