Los sonajeros que se encontraban
detras de la puerta, empezaron a sonar al momento que de un tiron la empuje. Plumas,
pieles, prendas, sombreros, tantos colores, todo parecia llamar mi atención. Asi
como quien no quiere que su presencia sea notada paso a paso me fui escurriendo
por la pequeña tiendesita india que se encontraba en un pueblesito de las
afueras de Nuevo Mexico. Un “chie-kelo” se escucho desde la parte de atras y
enseguida pude ponerle rostro a tan singulares palabras que a mi entender eran
una muestra de bienvenida. Su pelo era gris y llevaba una trenza que le llegaba
a la cintura, una falda larga que daba la impression que un arcoiris estallo en
la tela, y una blusa café de donde colgaban plumas y collares de turquesa.
-Hola respondi, con una sonrisa
que era más bien de sorpresa que de felicidad.
Su presencia no me intimidaba, pero sin duda alguna era una
mujer como solo la habia visto en algunas peliculas del Viejo oeste o de
nativos indios americanos.
Un ruido rompio el silencio que
se habia creado por unos segundo, y entonces me di cuenta que con mi cartera
habia tirado al suelo un canasto de fotos viejas que se encontraba en uno de
los mostradores.
¿Esta vendiendo sus fotos? Dije
intrigada
-No, me respondio sin perderme de
vista, vendo las fotos de aquellos ancestros que ya no existen más que en
fotos.
-¿Y quien le compra tales cosas?.
Ella solo sonrió y no dio
respuesta alguna, yo no senti necesidad de volver a preguntarle, ya que de por
si todo era muy extraño.
Una soga colgaba del techo, de
esa que usaban en el pasado para ahorcar a los que eran acusados de haber
cometido algun crimen, supongo que era parte de sus inigualablse artículos de
venta.
-¿Que buscas? Me pregunto la
señora en un español cargado de acento
¿Estas perdida?
-No, ya casi me voy, solo veia.
-Todo lo que vendo está lleno de
historia, no vendo cosas nuevas, todo lo que hay en esta tienda ha sido usado
por personas que ya son solo eso, fotografias, luz y color. No te causa
curiosidad saber que estas usando algo que acompaño a un alma en parte de su
camino por el mundo, anda ven, pruebate este anillo.
No pude resistir, era tan único,
tan…perfecto.
Accedi sin darme cuenta y cuando
me lo probaba senti como bruscamente encajo en mi dedo. La mire con cara de
preocupación, como tratando de que me dijera algo…no se, que pasara algo.
Ella solo camino hacia la mesa
donde estaba cortando unas pieles y pretenio olvidarse de mí.
Deje 50 dolares sobre el
mostrador, y empece a caminar, un olor a luz y color me emepzo a quemar la
garganta, sali y el sol estaba brillando como nunca, no habia viento, los
arboles y las hojas no se movian, todo estaba tan tranquilo, tan vacio, tan
estatico. Segui caminando hasta dar con la calle, esas calles del desierto que
parecen se pierden entre las montañas mientras el calor crea la illusion de
agua en el horizonte, caminaba y sentia que no me movia, tenia el olor a
humedad y pieles en la ropa, camine lo que para mi fue la eternidad. Me sente
en una piedra que todo el tiempo estuvo al lado de mi. me sentia mareada,
busque mi botella con agua y recorde entonces haberla dejado en el mostrador de
la tienda.
Voltie mi Mirada y una sensación
de confusion total me estremecio, estaba en el mismo lugar dónde habia empezado
a caminar las mismas casas, el mismo ambiente..la misma tiendesita. Vi el
anillo en mis manos cansadas y note como el resto de la tienda se reflejaba en
el, como un espejo que me conectaba a una realidad que antes fue mía. Entonces
recorde las palabras que con un tono engañoso habia dicho la señora, “todo lo
que hay en esta tienda ha sido usado por personas que ya son solo eso, luz y
color”. Y me sentí asi, como una fotografía.
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