Agosto 2011
Hay algo curioso acerca de los
aereopuertos que siempre me ha llamado la atención. Es el lugar donde personas que vienen de
diferentes sitios y se dirigen hacia lugares distintos se juntan.
Sentada en
una esquina, mientras espero que mi vuelo con destino a Miami empiece abordar
me tomo unos segundos para observar a quienes me rodean, ninguno conocen mi
historia y por igual yo soy ignorante ante las de ellos, no se de donde vienen
y hacia donde van y lo mas probable nunca se volveran a cruzaran nuestros
caminos.
La señora paralelo a mi, ya de edad avanzada tiene lagrimas en sus
ojos azules y una mirdada perdida. Talves deja a algun ser querido, o su viaje
se debe a la visita que le ha de hacer a uno de sus nietos y las lagrimas son
de nostalgia y no de tristeza. Sobre sus pies hay un cuadro envuelto en papel
Manila, ¿será una artista? ¿Lo habrá pintado ella? ¿Lo trae o lo lleva?
Un joven se sienta cerca de ella, debe tener
alrededor de 25 años, alto y de fracciones bruscas, no ha dejado de hablar por
su celular y por la sonrisa que tiene son o buenas noticias o esta hablando con
algun ser querido, talves algun amor, que hace mucho que no ve, que después de
tantos meses al fin va a visitar y ella lo esta esperando por horas y no puede
dejar de contarle todo lo que ha preparado para su llegada y el no hace mas que
escuchar su dulce voz y sonreír, o talves su sonrisa disfraza una mentira, es parte de un espectáculo inconsciente, parte del engaño a un alma inocente que se ha olvidado de que los hombres son todos iguales.
Dos niños acaban de entrar corriendo y se tropesaron con una maleta de mano
roja que por cierto esta muy mal ubicada, sin embargo esto no fue motivo de
descontinuar su entretenimiento asi que siguen corriendo uno detrás de otro
mientras la madre de un suspiro se sienta y se rinde ante la mirada de todos
que estan muy pendiente a aquellos dos pequenos que rompieron el silencio
incomodo de la sala. 4:00 p.m., todavía falta una hora para abordar, mas personas
han llegado, cada una viste diferente y aunque no se quienes son me divierto
hilando una historia distinta para cada uno de ellos. Un muchacho pelirojo
acaba de llegar es mi siguiente presa y solo por el simple hecho de que
mientras concentrada trataba de estudiar a los inquilinos de este aeropuerto
voltie mi mirada hacia el y note que no dejaba de mirarme, seguro se dio cuenta
de mi estrategia para matar el tiempo, mis ojos me han delatado, asi que bajo
la mirada y empiezo a escribir, me rio bajito, poco sabe el que ya es un
personaje de este cuento que palabra a palabra empieza a tomar forma.
Vuelvo y levanto la mirada, el se ha cambiado de sitio y esta mas cerca de mi,
me mira y me sonrie, yo decido no volverlo a mirar no me quiero involucrar en
esos juegos peligrosos donde solo con miradas hacen infinidades de cosas.
Cada quien es el protagonista de su vida, pero a veces eso nos hace egoistas y nos olvidamos de la historia de
otros en la que aunque no somos el personaje principal somos aunque sea los
extras. Juzgamos y damos por sentado.
Las personas son mas interesantes de lo que
pensamos, cada una tiene su propia historia, cada uno ha pasado por situaciones
que la definen y le dan las carecteristicas que la marcaran por el resto de sus
días. Sin embargo, en el aeropuerto puedes ser quien sea porque total, todos
estan sumergidos en lo suyo y a nadie le importa el de al lado.
Estoy segura de que tenemos un fin en común,
queremos llegar a nuestro destino, sea cual sea. Todos esperan, tranquilos,
callados, respirando el mismo aire, esperando el mismo vuelo. Mirando el reloj,
hablando por el celular, algunos valientes conociendo al extraño que
tiene al lado o como yo, escribiendo banalidades que no irán a parar en ningún sitio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario