Subí un poco el volumen de la radio, aquella melodía me empezó a parecer un tanto interesante, no insistas en lo que te hace daño, decía la letra de la canción que se escuchaba en aquella emisora.
Que frase tan simple, tan fácil de asimilar pero que difícil llevarla a la práctica. Que complicado eso de dejar atrás lo que no nos aporta nada positivo a nuestras vidas. Que duro aceptar que todo fue una perdida de tiempo, que estabas construyendo castillos en el aire.
Ahora me pregunto una y otra vez, ¿Por qué no leí las instrucciones que venían contigo? ¿Por qué me hice de la vista gorda ante todas las señales que gritaban CUIDADO, PELIGRO? ¿Por qué me deje llevar por tus falsas palabras? ¿Por qué insistí por tanto tiempo en eso que me hace tanto daño?
Muchos podrían decir: ah eso es amor.
Pero yo creo que no, no tiene lógica, por mas que digas que si, no se puede querer lo que te lastima, ¿Serias tu feliz con una piedra en el zapato? no. Nos aferramos por costumbre, por necesidad, por el deseo posesivo de tener a alguien, por miedo, por vivir entre falsas esperanzas y resumimos todo aquello en una de las mas puras expresiones del hombre.
Estas en este mundo de paso, de visita, por un rato y no mereces ni la mas minima gota de un trago tan amargo.
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