Gente que habla, gente que grita, el ruido de los carros y la música ensordecedora de la esquina, tareas, responsabilidades, personas que esperan por mi, deberes que no dejan de repetir mi nombre, canciones que me acuerdan eso que quiero olvidar, decisiones que pesan en la espalda, minutos que me cortan los momentos, mucho de lo que no quiero y poco de lo que necesito, atada a una prisa que parece interminable.
Me detengo, me siento, cierro los ojos y me voy.
Tan lejos, tan cerca, a un lugar donde la brisa camina conmigo, donde el apuro pierde su significado y los minutos solo cuentan si te acuerdas d ellos. A un camino largo pero placentero, solo pero no solitario, donde todo encuentra su lugar, donde eres libre d ti mismo y del mundo, donde puedes pensar sin tener a la duda asechando tus ideas, donde todo fluye y esta en armonía.
Quiero quedarme ahí, pero es mas divertido equilibrar todo eso con el mundo de afuera, dentro de mi hay un hermoso rinconcito a donde puedo ir cada vez que yo quiera, solo tengo que cerrar los ojos y dejarme llevar. Mientras tanto lidiare con la vida cara a cara y si las cosas se ponen muy duras escapare por unos minutos a donde nadie me vea para luego con más fuerzas volver a la batalla, volver al día a día.
-Ivanna.
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